La conocida máquina de Capcom fue portada a varios ordenadores domésticos, casi todos licenciados a Elite. En sólo dos meses consiguieron hacer la versión de Commodore que está entre las más valoradas.
Aa pesar de contar con algunos glitches y ralentizaciones cuando el número de enemigos se eleva, estamos ante una de las mejores versiones de 8 bits algo complicado, pues todas las versiones son de gran calidad.
Lo que más destaca es la música del juego, Rob Hubbard hace un uso magistral del SID para llevar la música original de la recreativa a nuestros oídos, sorprende que en sus propias declaraciones dijera que la compuso en sólo un día, tras doce horas de trabajo intensivo.
Historia. Que historia? Dispare a matar oiga!
La historia nos sitúa en el papel del soldado Super Joe, que es dejado en la jungla con la intención de infiltrarse en la base enemiga y destruirla. Por el camino nos encontraremos con numerosos enemigos de distinto calibre, por suerte disponemos de una ametralladora con munición ilimitada pero de medio alcance; las balas, por alguna extraña razón física, sólo recorren una determinada distancia hasta caer al suelo. Contamos también con granadas que podemos usar con la barra espaciadora (los joysticks habitualmente sólo disponían de un único botón), y también podemos rescatar prisioneros para acumular puntos, que serán importantes pues a cada 10 000 se nos obsequia con una vida extra.
El juego es bastante sencillo y corto, pues sólo disponemos de 3 áreas que luego se irán repitiendo sin subida de dificultad. La parte más complicada suele ser el final de área donde nos enfrentaremos a la oleada final y tendremos que poner a prueba nuestra habilidad o haber averiguado trucos para combatir el enjambre de enemigos. En 2014 el grupo Nostalgia hizo una versión mejorada del juego original, donde se podía ver cómo el helicóptero dejaba a nuestro protagonista en la jungla, así como incluir más fases y mostrar unas simpáticas animaciones entre fases.
Ésta breve reseña y Gameplay sabeís de quien es? Efectivamente, el insaciable Carlos Pérez que al contrario que nuestro flojo becario, se lo curra hasta en veranito 😉
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