Cinemaware fue una empresa con identidad propia, supo aprovechar la calidad de los nuevos 16 bits con títulos tan emblemáticos como Defender of the Crown, su primera producción.
La versión para Commodore Amiga fue la original de este juego, y salió incluso antes de que todas las funcionalidades diseñadas estuviesen implementadas; por lo que las versiones que salieron posteriormente para otras plataformas (como en Commodore 64) son más completas, aunque no se puede negar de la belleza gráfica de esta versión primeriza. Nos situamos a principios de la Edad Media en Inglaterra donde el Rey ha muerto en extrañas circunstancias; sajones y normandos sospechan de cada bando y la guerra por la corona es inminente. Nosotros, en el papel de uno de los señores anglosajones debemos defender la corona y derrotar a los normandos.
Al principio del juego podremos elegir qué características compondrá nuestro protagonista, diferenciándose en liderazgo (para llevar a nuestros soldados en la batalla), justa (para los torneos) o manejo de la espada (para las escaramuzas). Ivanhoe es la elección recomendada para empezar, por tener mayor equilibrio entre todas estas propiedades. Acto seguido veremos el mapa de Inglaterra, lugar desde donde manejaremos la parte estratégica del juego. Enseguida nos daremos cuenta que los territorios que anexionar son bastantes escasos. Tanto nuestros rivales como nosotros, perseguiremos el mismo objetivo inicial de hacernos con el mayor número de condados posibles para aumentar los ingresos mensuales. Disponer de una buena reserva de oro es muy importante, sobre todo en los inicios del juego. Podemos comprar un numeroso ejército que será crucial para dejar encarrilada nuestra campaña.
Estrategia y algo más
El objetivo final será derrotar a los tres señores normandos (situados en el sur del mapa). Los otros dos señores sajones son aliados nuestros, no supondrán un peligro en el comienzo, pero a medida que vayan creciendo en poder no dudarán en robarnos nuestros territorios e incluso atacar nuestro hogar. Pues esa es la manera más eficaz de derrotar a un señor, si conseguimos conquistar su castillo principal, todos sus territorios pasarán a ser nuestros. Por el contrario, si perdemos nuestro castillo principal perderemos la partida. Junto a toda esta parte estratégica, el juego crece en diversión al disponer de múltiples eventos o mini juegos que enriquecen la experiencia y hará que esta batalla estratégica se pueda decidir a nuestro favor haciendo uso más del «músculo» que de la «cabeza».
Mini Juegos
Torneos: Todos los señores hacen un alto en sus batallas para verse cara a cara y luchar entre ellos por fama o tierras. Podremos enfrentarnos hasta con tres señores (a nuestra elección), pero si perdemos contra alguno de ellos, el torneo finalizará. Para ganar el combate debemos impactar nuestra lanza en el centro de su escudo; impactar contra su caballa hará que nos expulsen y nunca más seamos invitados. Es un evento algo difícil de dominar, por lo que no es muy recomendable forzar su organización (además costará 5 oros y terminará nuestro turno); lo mejor es esperar que lo organice otro señor. La recompensa tampoco parece muy atractiva: aunque ganemos territorios, no estarán vigilados por lo que podrán volver a cambiar de propietario en el siguiente turno. Y ganar fama servía para incrementar nuestras estadísticas de liderazgo, pero no parece que esa funcionalidad esté incluida en esta temprana versión de Amiga.
Escaramuzas: Asaltaremos castillos rivales en busca de oro, para ello iremos espada en mano combatiendo contra los soldados que custodian el tesoro. Es una buena opción en los primeros compases para obtener oro extra con la que comprar ejército. En la versión de Amiga sin embargo es poco intuitivo, no disponemos de la barra de energía por cada combatiente para aprender si nuestra estrategia es correcta o no; tampoco parece que exista la posibilidad de desviar un ataque, sólo retroceder. Éste mismo evento puede aparecernos en mitad de nuestra partida como rescate de una dama en apuros.
Batalla: Puede ser en campo abierto o el asedio a un castillo. En las luchas a campo abierto la versión de Amiga está bastante recortada, no dispone siquiera de una animación y las opciones para dirigir a nuestro ejército son muy escasas. Normalmente ganará el bando con mayor número de efectivos pero la propiedad de liderazgo de ambos señores puede influir. Las batallas contra un castillo tendrán primero otro evento en el que manejaremos una catapulta. Nuestro objetivo será derribar parte del muro para diezmar a los rivales y que su defensa sea menos efectiva. Nuevamente aquí se aprecia las diferencias con versiones posteriores, pues sólo podremos lanzar piedras, cuando en otras plataformas era posible lanzar fuego griego o cuerpos infectados para expandir una enfermedad entre las tropas rivales. Antes de una batalla podemos pedir ayuda del mismísimo Robin Hood haciendo una visita al bosque de Sherwood; hasta en tres ocasiones acudirá a nuestra llamada.
Defiende la Corona
Cinemaware pretendía con este tipo de juegos dotar al jugador de una nueva experiencia, casi como si de una película interactiva se tratase. No se puede negar la gran calidad gráfica de la versión de Amiga; sin embargo quedó algo coja por esas numerosas funcionalidades que no fueron implementadas para cumplir con el calendario de lanzamiento. Aun así puede darnos bastantes horas de diversión y sentirnos como un auténtico señor feudal tomando decisiones críticas contra aliados y rivales para hacernos con la corona de Inglaterra.
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