Risky Woods (COMMODORE AMIGA)

A través de los bosques peligrosos

En su nueva etapa de Dinamic por los 16 bits confió en el grupo Zeus para publicar un título con clara intención de expandir su ámbito internacionalmente. Con Ricardo Puerto a la programación, Raúl López a los gráficos, y Jose Antonio Martín a la música, contó con la colaboración de Electronic Arts para que el juego fuese distribuido a nivel mundial.

Encarnamos al protagonista Roham, que tiene la misión de rescatar a los monjes que han sido petrificados. Para ello deberá adentrarse en 4 zonas distintas y combatir contra enemigos de diferente índole. Cada zona estará compuesta de 3 fases, siendo las dos primeras de rescate y preparación para la última parte: El enfrentamiento contra el jefe final.

Igual pero diferente

El planteamiento puede parecer inicialmente similar a otros juegos de tipo Arcade que salieron contemporáneamente. Pero Risky Woods posee algunas características que se salen de lo habitual y que conviene conocer. En caso contrario, las primeras partidas pueden llevar rápidamente a la confusión y verse rechazado por su resolución caótica.

Homenaje a Ghost n’ Goblins en este mapa antes de empezar cada fase

Disponemos de un marcador de vidas y energía, pero a diferencia de otros juegos, están relacionados. Es un comportamiento difícil de explicar pues podemos perder vidas de dos maneras. La primera es la habitual, cuando la barra de energía quede vacía, normalmente por contactos de enemigos que van restando unidad a unidad. En este caso la acción se interrumpe y perdemos las monedas que hayamos estado recolectando. La otra manera de perder una vida es más dinámica; ciertas acciones (como caer a un foso) hacen que se nos reste una mayor cantidad de energía de golpe. Si en nuestra barra actual tenemos menos de las unidades que se van a restar, las acarrea a la siguiente vida; pero en este caso no se detiene la acción ni perdemos las monedas actuales. En ambos casos perdemos una vida de nuestro contador, pero las consecuencias son muy diferentes.

Al finalizar cada zona nos enfrentaremos a un ‘boss’

De hecho, en algunas situaciones concretas nos puede ser aconsejable ‘morir en vida’ para continuar con la barra casi a tope. La dificultad del juego se ve reducida bastantemente si hacemos usos de los power-ups en las tiendas. Para ellos debemos llegar con una considerable cantidad de monedas. Es por esto, que debemos evitar a toda costa morir por quedarnos con la energía a cero, pues tendríamos que empezar de nuevo la ardua tarea de recolectar; si teniendo poca energía cogemos una calavera (que nos resta energía) perderemos una vida de nuestro contador, pero mantendremos intacta nuestra bolsa de monedas y nuestra energía volverá a estar casi llena. Es un buen consejo cuando nos sobren vidas. Llegar a la tienda sin casi monedas para comprar mejorar puede arruinar nuestra partida.

Además de esta peculiar manera de gestionar las vidas, también nos hemos de acostumbrar a la caja de colisiones. Es bastante agresiva por lo que no debemos dejar que se acerquen los enemigos; una colisión con los mismos trae penosas consecuencias, además de perder energía, perdemos monedas, y lo que es peor de todo nos hace entrar en un aturdimiento temporal en el que no podemos seguir atacando. Recibir un golpe mientras estamos saltando un foso hará además que se corte nuestra trayectoria y caigamos al abismo.

Trampas por doquier

Muy importante equiparse bien en la Tienda, para ello habrá que hacerse con bastante monedas

Según avancemos las primeras fases notaremos que hay más estatuas de monjes que las que debemos salvar, y esto es porque algunas son falsas. Romper una de las estatuas erróneas hará que se libere una explosión dañina. Por suerte, estas estatuas a evitar no cambian con cada partida por lo que se pueden memorizar. Si llegamos al final del nivel sin haber rescatado las estatuas reales, tendremos que repetirlo poniendo más atención.

Los impedimentos no acaban aquí. En nuestro avance por cada fase, nos encontraremos con portales que nos impiden continuar; para destruirlos antes tendremos que habernos hecho con las dos mitades de la llave mágica (eye key) para destruir esta barrera y seguir.

Los cofres son un gran aliado por contener variados objetos que nos faciliten la misión. Pero también pueden dejarnos otros que son perjudiciales, como transportarnos hacia atrás, quitarnos energía. E incluso pueden tener este comportamiento de manera aleatoria. Unas veces otorgan su efecto, otras nos dan puntos. Puntuación que es aconsejable tener sumando constantemente, pues con cada 100 000 puntos nos regalan una vida extra.

Versión Mega Drive

Versión MegaDrive, las monedas ahora sirve para vestir armaduras de protección

Electronic Arts le vio futuro al juego y encargó una versión para Megadrive. Pero no se trata de una conversión directa, se tomaron algunas decisiones que hicieron que cambiase el juego significativamente. Al primer vistazo ya podemos ver que nuestro Roham ha cambiado su atuendo deportivo por una túnica y báculo. No disponemos de la tienda, aunque se mantienen las distintas armas. Estarán disponibles al ir abriendo los portales que nos impiden el paso; que además de cambiar su aspecto ahora precisan de repetir un patrón para ser destruidos.

Las monedas cambian por tanto su funcionalidad, ahora al recoger cierto número de ellas vestiremos una armadura (de plata y oro) que limitará los golpes recibidos por los enemigos.

No tags for this post.